jueves, 27 de febrero de 2014
A veces pienso en el pasado, y hay tantas cosas que me gustaría cambiar. E ingenuamente creería que habría una infinita cantidad de futuros nuevos. Supongo que algunas cosas las habría cambiado y si hubiera tenido más voluntad, habría luchado contra el destino, así como los héroes griegos. Es una bonita forma de decir que hubiera vencido monstruos, los que hubieran sido necesarios y habría vuelto del inframundo, solo para cambiar el futuro. Pero luego me doy cuenta, que aunque hubiera luchado mil veces, aunque hubiera intentado las cosas hasta agotar toda mi fuerza y mi voluntad, habrían tenido el mismo el final... Inevitable, esa es la palabra que define todo. Siempre que leía y me encontraba con cosas o hechos inevitables, como el destino, como el nunca, me parecía desde la perspectiva del lector que todo podía ser posible, y hasta uno llega a sentir algo de impotencia, pensando en cuantas cosas pudieron ser diferentes, cuanto se pudo cambiar solo con intentarlo un poco más... Son cosas que solo puedes entender cuando las vives, y súbitamente sientes que tus neuronas hacen sinapsis violentamente en tu cabeza. Al final no se puede vencer al destino... Es inevitable, siempre lo ha sido...
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