Llegar a Bremen de por si fue una odisea, muchas horas de vuelo, mucho cansancio. Sumado a un desfase horario de 6 horas más. Si fue algo un poco estresante, aunque el choque cultural lo fue y aun lo es más chocante...

Salir del aeropuerto y ver algo así como un metro pero aquí le dicen tram o asi suena, conectando a un aeropuerto en medio de la ciudad creo fue algo nuevo.
Todo me parecio tan nuevo, y tan impresionantemente verde. Saliendo del aeropuerto había una fuente, y grandes espacios llenos de arboles.



Sigo pensando que iba bastante perdida y asustada por que el anuncio de las estaciones, me sonaban a mi todas iguales, ahora prestando atención, puedo reconocer alguna, pero no podría pronunciarlas. Lo más entretenido es que los paneles indican el tiempo de espera para los diferentes tram, así que es bastante sencillo orientarse y saber cuando queda para el próximo.
Me esperarian en la Universidad de Bremen, creo que en algún momento me asuste y me pregunté si había tomado el tram correcto. Le consulte a un abuelito que esaba cerca mío, y con un inglés perfecto me indicó que estaba en la dirección correcta. Lo lindo fue que sabía algo de Chile, por los vinos.

Llegué cuando aún había algo de sol, y estaba agradable. A las horas después se volvió muy muy frío y comenzo a llover.
Menos mal no tuve que caminar bajo la lluvia con una maleta. Porque como notaría después también se me quedó el paraguas.
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